Mitos del consumo de cocaína
La cocaína es una de las drogas más consumidas en el mundo y, concretamente, en nuestro país. Su efecto estimulante la convierten en una de las sustancias tóxicas favoritas para “colocarse” y en la favorita entre los jóvenes. Sin embargo, cuenta con una alta probabilidad para generar adicción. Hecho que muchas personas acaban por ignorar, recayendo en una dependencia de la cual posteriormente es muy difícil salir.
Hoy te traemos algunos mitos y leyendas urbanas para justificar el consumo de coca.
Realidades sobre la cocaína
“La cocaína mejora las relaciones sociales. Con ella, las personas pueden desinhibirse.”
En pequeñas dosis, la coca estimula la actividad neuronal en el cerebro y afecta directamente a la conducta del individuo. Acto seguido, éste se vuelve más sociable, hiperactivo y abierto a cualquier fenómeno que se produzca a su alrededor. No obstante, cuando se toma cocaína de forma abusiva los efectos se agravan produciendo estados de ánimo negativos. La persona se vuelve irritable, agresiva, y, en consecuencia, adopta un comportamiento peligroso.
“Tomar cocaína de forma ocasional no hace daño.”
Un hecho completamente falso y que es repetido muy comúnmente por personas que posteriormente se han vuelto adictas. Consumir cocaína los fines de semana, por ejemplo, tiene un efecto superior que el hacerlo durante 100 días consecutivos. El riesgo de tomar drogas es siempre independiente de la cantidad y la intensidad de la sustancia.
“La cocaína mejora la productividad y el rendimiento.”
Debido a su composición, la coca incide directamente en el sistema nervioso central produciendo una alteración significativa en el comportamiento de la persona. Sin embargo, no mejora en absoluto sus capacidades físicas ni cognitivas. Como caso práctico, aplicado al deporte, varios estudios demuestran que tomar cocaína estimula la frecuencia cardíaca. Hecho que aumenta el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
“Tomar cocaína ayuda a las relaciones sexuales.”
A pesar de que se trata de una sustancia que genera excitación y euforia en el individuo, no tiene incidencia sobre los órganos sexuales. Así como tomar demasiado alcohol produce impotencia, la cocaína genera también varios problemas sexuales. Tales como dificultades para la erección, eyaculación e incapacidad para llegar al orgasmo.
¿Qué pasa después de la cocaína?
El consumo de esta droga es una de las más peligrosas para la salud de las personas. Por un lado, junto con la heroína, tiene una alta tasa de adicción, y dejar la dependencia es un proceso muy largo y difícil. Cada año ingresan un gran número de individuos en centros de rehabilitación con tal de pedir la ayuda necesaria para tratar su problema con las drogas. Por otro lado, también es la principal causante de enfermedades y actos delictivos debido a un abuso en el consumo de coca.
Una vez la persona deja de consumir, los efectos del estupefaciente empiezan a actuar a largo plazo. La hiperactividad y el exceso de energía producidos durante los primeros minutos desaparecen para dar paso al decaimiento, la pasividad y episodios de depresión.
Los efectos de la cocaína sobre la salud
Los efectos secundarios de la cocaína son varios y de los más peligrosos de entre todas las drogas conocidas. Se trata de un estupefaciente con gran capacidad de generar adicción y de causar daños muy graves en la salud en poco tiempo. Si se consume esta sustancia a largo plazo puede acabar generando enfermedades en el sistema circulatorio, padecimientos crónicos y alteraciones en el organismo. Los síntomas de la coca más frecuentes son:
- Aumento considerable de la temperatura corporal
- Frecuencia cardíaca irregular y ascendente
- Incremento de la presión y posibilidad de sufrir derrames
- Episodios de paranoia, ansiedad y conductas violentas
- Cambios de humor repentinos hacia la negatividad
- Dilatación permanente de las pupilas
- Náuseas y malestar gástrico
- Temblores y espasmos musculares
Cómo saber quién consume cocaína
Al caer en la adicción a la cocaína, la persona dependiente empieza a experimentar angustia y ansiedad de forma continuada siempre que no está consumiendo. La dependencia se transforma en un trastorno que afecta tanto al organismo como al cerebro, incidiendo en su estado emocional.
Para evitar este tipo de consecuencias, muchos adictos necesitan tomarse unas dosis de coca para neutralizarlos. Algunos, incluso, la mezclan con otras drogas cayendo así en el policonsumo. Una vez el organismo y la mente aceptan esta rutina, el consumo de cocaína se vuelve un hecho habitual y necesario.
Un cocainómano frecuenta los lugares donde consume la droga, además de las personas y otros elementos que le recuerdan a ella. Se trata de un hecho provocado por la adicción, que inconscientemente, le obligan a seguir consumiendo.
Qué hacer para dejar la cocaína
Dejar la coca es uno de los procesos más duros para las personas que consumen estupefacientes por su grado de adicción y peligrosidad. Para ello, el individuo debe pasar antes por el síndrome de abstinencia, un trastorno físico y mental que castiga el hecho de no seguir tomando cocaína. Cuando el cuerpo se acostumbra a la droga, el metabolismo se adapta a ella y la necesita para seguir funcionando con normalidad. De modo que para recuperar el control sin necesidad de otras sustancias debe pasarse previamente por este síndrome de abstinencia.
Para evitar al máximo las complicaciones y muy probables recaídas es recomendable visitar un centro de adicciones. Este tipo de lugares son especialistas en usar terapia conductual y otros métodos para aliviar el dolor provocado por la cocaína y alejar la adicción. De otra forma, superar la dependencia a una droga puede resultar muy complicado y se necesita de una gran autodeterminación por parte del paciente. En un centro terapéutico, la persona contará siempre con el apoyo de profesionales y de sus familiares para ayudar a superar su trastorno.