¿En qué consiste el Síndrome de abstinencia alcohólica?

A pesar de que el alcohol sea una droga con gran aceptación social, se calcula que cada año entre el 40% y el 60% de las muertes en Europa provocadas por lesiones están relacionadas con su consumo. Se trata de una sustancia estrechamente conectada con el sector del ocio y el entretenimiento nocturno que, debido al alto grado general de desconocimiento sobre sus riesgos y la prevención ante ellos, crea frecuentemente problemas de salud entre la población. Más que cualquier otra de las sustancias en que podamos pensar. Uno de los problemas más graves es el Síndrome de abstinencia alcohólica, por el cual deben pasar todos los individuos que se han vuelto adictos cuando se plantea detener el consumo. 

La suma del cnsumo de alcohol a la ignorancia generalizada sobre los riesgos y efectos crean desde hace tiempo un problema de gran transcendencia para la salud pública, por el número de afectados. Todos creemos saber en qué consiste ser alcohólico pero en realidad pocos saben qué significa. Para una persona dependiente a esta droga, se trata de una enfermedad grave que conlleva un proceso de rehabilitación aún muy duro. Y el Síndrome de abstinencia alcohólica es una de sus consecuencias, que puede ser letal, que debe minimizarse con todos los recursos posibles.  Para ello, es útil saber cómo afecta el alcohol al organismo.

Consecuencias del alcohol

Aunque habitualmente los problemas de alcoholismo se asocian a falta de voluntad o de carácter, no tiene porqué ser así. Se cree que los individuos adictos al alcohol que quieren dejarlo, no lo hacen por tener un carácter débil o por falta de motivación. En realidad, cuando una persona se vuelve dependiente, esta droga modifica su estructura cerebral. De esta manera, su mismo cuerpo le indica que el hábito de beber se convierte en una necesidad tanto física como emocional.

Beber alcohol frecuentemente y de forma abusiva provoca una reacción en el sistema neuronal. Los llamados neurotransmisores son las células que controlan la red cerebral por donde circula la información y los microestímulos eléctricos. Cuando alguien bebe demasiado, su funcionamiento normal se altera y su objetivo es más difícil de cumplir. Por lo que, este efecto, popularmente conocido como una borrachera, acaba incidiendo en la personalidad, el comportamiento y la psicología del individuo.

Las consecuencias del alcohol a largo plazo dejan huella sobre el cerebro. Una vez la persona se acostumbra o se vuelve adicta a esta sustancia, su cerebro sólo puede funcionar con normalidad con una dosis y una cantidad determinadas. Lo que se conoce como la tolerancia alcohólica, y que aumenta conforme dura el hábito de beber. Para volver a sentir los efectos de la primera vez que bebió, la persona deberá tomar alcohol en más cantidad, de forma ascendente en el tiempo.

¿Qué pasa cuando una persona deja de beber alcohol?

En términos generales, mientras un bebedor de alcohol recurrente mantiene su hábito, los síntomas que experimenta su cuerpo se van acumulando sin mostrar una virulencia. No obstante, las alteraciones físicas y psicológicas producidas por esta sustancia ya existen. Aunque permanecen camufladas por la toma periódica de bebida, se agravan a medida que aumenta el tiempo de abuso o adicción al alcohol.

Cuando la persona con consumo crónico deja de beber, se manifiestan abiertamente todos aquellos desórdenes que han sido provocados por el alcohol. En consecuencia, tanto su mente como su cuerpo empiezan a padecer los efectos de no seguir bebiendo. De esta forma, el individuo siente un ansia voraz por volver a tomar alcohol y pausar así el padecimiento. El más conocido de todos es el Síndrome de abstinencia alcohólica. Es la situación que se produce al dejar el consumo de alcohol de forma brusca.

¿Qué es el Síndrome de abstinencia?

El Síndrome de abstinencia alcohólica es un trastorno por adicción que afecta tanto a la mente como al cuerpo de la persona cuandol dejar de beber repentinamente. Cuando consume alcohol, la actividad cerebral disminuye incapacitando la posibilidad de funcionar correctamente pero con el síndrome de abstinencia el sistema nervioso central se sobreactiva. En consecuencia, el individuo puede sufrir padecimientos físicos muy dolorosos, potencialmente mortales, y acompañados de una gran ansia que pueden conducir facilmente a la recaída.

Síntomas del Síndrome de abstinencia

Todas las drogas contienen un elemento adictivo, y, en consecuencia, también pueden generar un trastorno por dependencia. Al dejar de consumirlas de forma abrupta, el adicto puede sufrir el síndrome de abstinencia con todas las consecuencias que conlleva. Y el Síndrome de abstinencia alcohólica es uno de los más peligrosos. Tanto por el elevado nivel de riesgo que le acompaña, como por su difícil fase de superación.

El Síndrome de abstinencia alcohólica depende de cómo la persona dependiente se relaciona con el alcohol. En función de variables como la frecuencia, la cantidad, la tolerancia o el tiempo de adicción, los síntomas son de una intensidad específica. Algunos de sus efectos más comunes son:

  • Temblores musculares
  • Náuseas y vómitos
  • Dolores de cabeza
  • Aumento de la temperatura corporal
  • Sudoración
  • Incremento del ritmo cardíaco
  • Elevada presión arterial
  • Ansiedad
  • Deseo de consumir alcohol inmediatamente

¿Cuánto dura el Síndrome de abstinencia del alcohol?

La duración del Síndrome de abstinencia alcohólica depende de varios factores asociados a la conducta del adicto. Puede padecerse durante sólo unos días o prolongarse durante varias semanas. Sin embargo, los síntomas de este trastorno empiezan a ser menos agresivos a partir del quinto día sin consumir alcohol.

Una de las partes más afectadas por el Síndrome de abstinencia alcohólico es el cerebro. A pesar de que una persona puede dejar la bebida y rehabilitarse, la adicción siempre deja su huella en la mente de la persona dependiente. La adicción psicológica es una consecuencia muy grave que debe superarse día a día con motivación y fuerza de voluntad.

Una buena forma para sobrellevar la abstinencia es no dejar la bebida de golpe. Este proceso debe hacerse de forma gradual para que tanto la mente como el cuerpo se acostumbren a los cambios. De esta forma, se reduce el nivel de riesgo y ambos no necesitarán de una sustancia ajena para poder desarrollar su actividad de forma normal. Por otra parte, siempre es recomendable solicitar ayuda profesional, como un centro terapéutico. Mediante varias terapias de rehabilitación, existe la posibilidad de reducir el ansia y llevar la recuperación de forma más llevadera.

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Aprender a vivir sin dependencia de drogas o adicciones y vivir bien.