Consecuencias de fumar cannabis
Tomar cannabis, o como popularmente se le llama entre los jóvenes, fumar porros, es una actividad habitual y recurrente entre los adolescentes y las personas de entre 20 y 30 años. Aunque el consumo de cannabis se encuentra en individuos de todas las edades, es una droga más frecuente entre la gente joven y los menores de edad. Su aparente inocuidad convierte su ingesta en una actividad aceptada y en una herramienta de socialización con el entorno.
Consecuencias de los porros
El cannabis es una droga potencialmente menos peligrosa que otras sustancias, como el alcohol o la cocaína. Además, la probabilidad de adicción a los porros también acostumbra a ser relativamente baja. Por lo que la gente que consume cannabis acaba haciéndose una idea errónea y creyendo que no tiene efectos nocivos sobre la salud. No obstante, como cualquier otro tóxico, fumar porros también tiene consecuencias sobre el organismo y la mente de los individuos.
El efecto de los porros sobre las personas es de una sensación de relajación que poco a poco se convierte en felicidad absoluta. Sus individuos se sienten liberados de cualquier presión tanto física como psicológica y acaban padeciendo cambios sensoriales. Consumir cannabis hace creer que la persona flota en el aire y todo su entorno se llena de colores. En condiciones especiales, el cannabis es usado como tratamiento y remedio medicinal para curar enfermedades.
Cuando una persona empieza a fumar porros constantemente, los efectos inmediatos son más nocivos y perjudican significativamente su cuerpo y su mente. Algunos de ellos son:
- Ansiedad y episodios de paranoia
- Pérdida de sensibilidad en los sentidos
- Reducción de la coordinación y el equilibrio
- Declive de la capacidad de reacción
- Aumento de la frecuencia cardíaca
- Náuseas y vómitos
Efectos de los porros a largo plazo
Esta droga, aunque a un paso más lento que las demás, incide directamente sobre el cerebro y el cuerpo de la persona afectando a sus capacidades. Si una persona fuma porros constantemente y a todas horas puede acabar convirtiéndose en un adicto al cannabis. Su dependencia es un hecho muy serio que acaba generando un trastorno difícil de curar y que puede transformar la conducta y el estado de ánimo del adicto.
En una primera fase, los efectos de los porros sobre el organismo alteran las capacidades tanto físicas como cognitivas de la persona. Ésta pierde el control completo sobre su cuerpo, sufre de cambios emocionales constantes, aparecen los primeros síntomas en la piel y el organismo, y finalmente, su red neurológica se deteriora. El individuo ante pone el consumo de cannabis a cualquier otra actividad, sobre todo si su forma de vida le produce estrés o ansiedad. De modo, que acaba recurriendo a los porros para escapar de sus problemas, y su única preocupación es pensar cuándo volverá a fumar.
En una segunda fase, la adicción al cannabis cambia su relación con el entorno y con los demás haciendo que el individuo lleve una vida de ostracismo. Además, si no lleva un estilo de vida saludable ni una alimentación equilibrada, acaba padeciendo de enfermedades y los efectos de los porros sobre el cerebro se acentúan considerablemente. A partir de este momento, los daños pueden ser permanentes o difíciles de tratar, ya que se vuelven crónicos.
Algunos de los efectos de los porros a largo plazo más comunes son:
- Disminución de la actividad cerebral
- Menor control sobre los impulsos
- Alucinaciones, paranoia y psicosis
- Pesadillas y episodios de pánico
- Bronquitis
- Pérdida de la noción del tiempo
- Reducción de la memoria
- Aumento del apetito y la sed
- Enfermedades cardiovasculares y respiratorias varias
- Esquizofrenia
Síntomas de adicción al cannabis
Para saber si una persona se ha convertido en adicta al cannabis debe hacerse un seguimiento de su estado físico y psicológico durante varios días para poder ver la evolución de los síntomas. Si la persona se comporta de una forma extraña, ha cambiado repentinamente su conducta o tiene alteraciones emocionales frecuentemente entonces se trata de un hecho indicativo de que sufre dependencia a los porros.
Para desengancharse, la persona dependiente de los porros puede pedir ayuda a sus familiares o a centros de rehabilitación. En las fases más avanzadas de su adicción necesitará todo el apoyo que se le pueda prestar para luchar contra ella. Por ello, ambos le pueden dar el soporte que necesita para que recupere su salud y la confianza perdida. No obstante, la responsabilidad de desintoxicarse del cannabis es principalmente del adicto. En segundo puesto recae sobre los familiares y principales seres queridos, si creen que no cuenta con buenas facultades mentales para tomar una decisión.
Para detectar a una persona adicta al cannabis hay que prestar atención a los siguientes síntomas:
- Fumar cannabis cada vez en períodos más breves
- Tener ganas de consumir permanentemente
- Gastar mucho tiempo en conseguir fumar porros, consumiéndolos o recuperándose de sus efectos
- Faltar a las responsabilidades para poder tomar cannabis
- Aparición de síntomas de abstinencia al no estar fumando porros
- Fumar cannabis aun sabiendo que se está perjudicando la propia salud o la de los demás