La presión para querer encajar socialmente hace que muchos jóvenes empiecen a tomar sustancias ilegales o adopten comportamientos adictivos. La adolescencia es una de las etapas más complejas por las que pasa el ser humano, llena de cambios físicos, psicológicos y emocionales.

Hoy, los adolescentes son el grupo de edad en que impactan con más fuerza cierto tipo de adicciones que describimos a continuación.

Adicción a las pantallas y nuevas tecnologías

Los adolescentes conviven de forma natural con dispositivos electrónicos de todo tipo, pantallas que absorben su atención y que paradójicamente pueden aislarles si se da el abuso o el uso patológico. La tecnología, que ha traído muchos beneficios, también conlleva riesgos, especialmente para los adolescentes. El impacto negativo en su salud mental y física, debido a la adicción que pueden causar es cada vez más claro. El uso excesivo de las nuevas tecnologías puede provocar ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.

Además, también puede provocar problemas de salud física, como fatiga visual, dolores de cabeza, cuello y espalda, incapacidad para socializar y desarrollar habilidades interpersonales, e incluso tener un impacto negativo en el rendimiento académico de los adolescentes. La distracción constante que generan los dispositivos electrónicos puede dificultar la concentración, provocando que el adolescente dedique un menor tiempo al estudio o vea limitada su capacidad de atención.

Algunas pautas que se pueden aplicar para evitar que se genere dicha adicción en los adolescentes son:

  • Fomentar el uso de actividades sin pantalla. Así, practicar deportes, aprender a tocar algún instrumento musical o promover el hábito de lectura.
  • Supervisar el uso de pantallas de los adolescentes para asegurarse de que están utilizando la tecnología de manera segura y responsable.
  • Establecer límites saludables en el uso de pantallas. Por ejemplo, horarios que limiten el uso de dispositivos electrónicos.
  • Padres y educadores deben informar a los adolescentes sobre los riesgos como el ciberacoso o el sexting, y enseñarles cómo proteger su privacidad y seguridad cuando estén online.

Adicción a las drogas

Las adicciones con sustancia son comunes entre los jóvenes. Entre las más consumidas estarían el alcohol, el tabaco y el cannabis. Recientemente, cada vez más jóvenes han comenzado a vapear tabaco y marihuana.

El consumo de drogas es especialmente peligroso si se hace durante la adolescencia. El cerebro de los jóvenes sigue desarrollándose hasta los 25 años aproximadamente, incluyendo la corteza prefrontal, que asume un rol importante para tomar decisiones.

Además, el abuso de drogas en la juventud puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas, presión arterial alta y trastornos del sueño.

Existen una gran cantidad de motivos por los que los jóvenes comienzan a consumir este tipo de drogas. Algunos de los más frecuentes son:

  • Aceptación social por parte de amigos y compañeros que también consumen drogas, para así encajar en el grupo.
  • Uso recreativo, por el placer que aporte el consumo de drogas.
  • Alivio y mejoría de sentimientos de depresión, ansiedad y trastornos relacionados con el estrés o el dolor físico, emociones y sensaciones propias de muchos jóvenes de forma puntual o persistente
  • Experimentación de nuevas experiencias, especialmente las que parezcan son más emocionantes y audaces, actitud habitual en este grupo de edad.
  • Mejora del desempeño académico o deportivo. Algunos jóvenes toman estimulantes para estudiar cuando llegan los exámenes o esteroides anabólicos para mejorar su rendimiento deportivo.

Ludopatía juvenil: adicción a las apuestas

El juego y las apuestas están ahora al alcance de cualquiera, prácticamente sin control. Los jóvenes pueden acceder con gran facilidad sin ser conscientes de las consecuencias, la publicidad lo presenta como algo deseable y totalmente inocuo.

Hablamos de ludopatía juvenil o juego patológico en jóvenes, cuando se da una adicción al juego en menores de edad. Al igual que los adultos, se manifiesta a través de comportamientos compulsivos alrededor de los juegos de azar, videojuegos o apuestas en línea, entre otros.

Es notorio como el auge de internet ha permitido que desaparezcan las barreras para acceder a los lugares de apuestas.

Los juegos de apuestas tienen consecuencias económicas que afectan al entorno familiar y pueden provocar comportamientos delictivos, mentiras y engaños. Es frecuente pedir dinero para una actividad escolar que finalmente se destinará al juego, entre otros comportamientos. Puede llevar también a conductas delictivas, además de provocar pérdidas económicas de forma muy rápida.

Algunos de los indicadores de ludopatía entre los adolescentes pueden ser:

  • Apostar cuando se siente ansioso o deprimido
  • Irritación si no puede apostar
  • Pedir dinero prestado a familiares o amigos, pidiendo que no se comunique a los padres.
  • Vender algunas de sus pertenencias: ropa, juegos…
  • Robar a compañeros o a los padres
  • Arriesgar aspectos importantes de su vida como amistades y estudios por el juego
  • Entrar en una espiral de pérdidas en que no deja de apostar porque cree “a la próxima” recuperará lo perdido
  • Mentir negando que juegue con frecuencia
  • Intentar dejarlo, pero ser incapaz

Los padres y educadores tienen un rol fundamental en la detección, prevención y tratamiento de la adicción al juego. Aparte de estar alerta a los signos indicados previamente, pueden hablar sobre los peligros del juego compulsivo y las apuestas online, generar espacios de deportes, hobbies o actividades sociales y sobre todo no dudar en solicitar ayuda de un profesional.

Oniomanía: Adicción a las compras

La oniomanía o compras compulsivas se define como la adicción de una persona a comprar de manera compulsiva. Se trata de un trastorno que hace que la persona que realiza las compras, a pesar de ser consciente de que no necesita lo que está comprando, lo hace de manera compulsiva para librarse de una sensación de tensión o malestar que le rodea. Y esto, en algunos casos, puede volverse incontrolable y tener consecuencias negativas para la economía personal o familiar, incluso también acabar afectando en las relaciones interpersonales.

La edad de inicio de esta adicción se sitúa, actualmente, en torno a los más jóvenes:  los adolescentes, quienes presentan dificultades para gestionar sus emociones y utilizan las compras como respuesta a sentimientos desagradables, buscando la gratificación inmediata.

Por un lado, el cerebro de los jóvenes está en desarrollo hasta los 25 años, y, por tanto, son más vulnerables a campañas publicitarias que incitan a las compras. Por otro, el uso de las redes sociales y el tiempo que pasan navegando en la red, implica que estén expuestos a una publicidad constante.

Asimismo, muchos jóvenes disponen o pueden acceder a dinero fácil, sin ningún tipo de control parental, por ejemplo usando tarjetas de crédito y comprando en internet.

Darse cuenta de esta adicción al principio es complicado, podemos detectarlo a través de situaciones como tener deudas con la pareja o con amigos, compras repetidas sin utilidad o el gasto de una gran cantidad de dinero al mes.

Por todo ello, es importante educar en positivo y mantener una buena relación de comunicación con los hijos, con interés por sus vidas y conociendo sus hábitos de consumo. Sin embargo, la mejor opción es prevenir la aparición de la oniomanía educando a los niños en los aspectos económicos que les pueden afectar.

Signos generales de adicción en los adolescentes

Existen señales generales que pueden alertarnos de que un adolescente está desarrollando una adicción, como, por ejemplo:

  • Cambios de humor bruscos, que se vuelven más persistentes conforme avanza la adicción. Los jóvenes pueden mostrarse más irritables, con períodos de depresión o de apatía, enfadándose sin ningún tipo de razón aparente, por ejemplo.
  • Abandono de aficiones o actividades. En algunas ocasiones, la adicción se vuelve tan grande que lo único que es lo único que le aporta placer y tranquilidad al joven.
  • Aislamiento o disminución de las relaciones sociales
  • Falta de concentración. Cuando se comienzan a tener problemas de adicción, resulta cada vez más complejo atender o prestar atención a otras actividades.
  • Cambios en rutinas. Los cambios en horarios de sueño, somnolencia o insomnio, las faltas de apetito o hambre excesiva, son signos que pueden alertar de una adicción en los adolescentes.

Cómo tratar la adicción

En el ámbito familiar, es importante que exista una buena comunicación con los hijos, enseñarles habilidades para resolver problemas, o proporcionarles límites seguros, entre otras medidas.

En Amasterapia recibimos a menudo personas que sufren todo tipo de adicciones, con o sin sustancia y quieren dejar atrás ese estilo de vida y superar la adicción. Si crees que tú, o alguien cercano a ti puede estar desarrollando cualquier tipo de adicción, contáctanos.