Los estigmas asociados a la adicción son uno de los mayores obstáculos para la recuperación de quienes la padecen. A menudo, las personas con adicciones son vistas no como individuos que sufren una enfermedad, sino como moralmente defectuosos o débiles, como viciosos. Estos estigmas no solo afectan a los adictos, sino también a sus familias y a la sociedad en general. Es esencial entender estos estigmas, sus tipos y su impacto para poder combatirlos efectivamente y así ayudar a quienes luchan contra la adicción para que la superen.
Qué tipos de estigmas existen
Los estigmas relacionados con la adicción pueden manifestarse de diferentes maneras, cada una de las cuales contribuye a dificultar el camino hacia la correcta recuperación del adicto. Las detallamos a continuación.
-
Autoestigma
El autoestigma es la imagen negativa que los adictos tienen de sí mismos. Esta autocondena puede generar sentimientos de vergüenza y culpa, haciendo que el individuo se sienta como una carga tanto para su familia como para la sociedad en general. Esta perspectiva negativa perpetúa el ciclo de la adicción, dañando su autoestima y motivación para buscar ayuda.
-
Estigma profesional
Este estigma se refiere a las actitudes y creencias negativas de los profesionales de la salud, fuerzas del orden y otros servicios de ayuda hacia las personas con adicciones. A menudo, estos profesionales pueden ver a los adictos como personas viciosas en lugar de reconocer que están sufriendo una enfermedad. Esta percepción puede llevar a un trato injusto y a la falta de empatía y apoyo adecuados.
-
Estigma social
El estigma social es la condena y discriminación que la sociedad, en su conjunto, tiene hacia las personas adictas. La creencia común es que la adicción es el resultado de elecciones personales y falta de fuerza de voluntad, en lugar de un serio problema de salud. Este estigma generalizado puede llevar a la marginación y el aislamiento de los adictos, dificultando aún más su recuperación.
Cómo afecta el estigma al adicto
Los estigmas asociados a la adicción no solo son injustos, sino que pueden agravar enormemente el problema y dificultar que los adictos se recuperen por completo. Debido a estos estigmas, los adictos se ven gravemente afectados en todos los sentidos, especialmente anímicamente.
-
Sufrimiento
El estigma puede llevar a la persona adicta a una profunda depresión, haciéndole sentir que no vale nada y que su situación no tiene solución. Este sufrimiento puede impulsar aún más el consumo de la sustancia adictiva como una forma de escape, perpetuando el ciclo de adicción.
Cuando un adicto empieza a hundirse, salir del hoyo en el que ha entrado se convierte en una tarea difícil, sobre todo cuando parece que todos le han dejado de lado, lo que no favorece en absoluto la situación. En una respuesta visceral y emotiva, les hace pensar que son realmente viciosos, alejándolos de una visión en que, si se consideraran enfermos, quizás buscarían ayuda.
-
Soledad y aislamiento
Las personas con adicciones a menudo experimentan cambios de comportamiento que pueden llevar a que sus familiares y amigos se distancien de ellas. Este aislamiento social, combinado con la condena externa, puede hacer que el individuo se sienta completamente solo y sin apoyo, aislado del mundo, dificultando enormemente su capacidad para buscar ayuda y recuperarse. Cuando se llega a este punto, cuando todo el mundo se ha alejado del adicto, este ya no tiene un motivo por el que luchar, por el que mejorar, y es cuando se entrega plenamente, en cuerpo y alma, al consumo de la sustancia o a desarrollar de manera continuada la conducta adictiva. Ya no existe nada que le motive para recuperarse completamente.
-
Miedo
El miedo a ser juzgados o rechazados puede impedir que los adictos busquen la ayuda que necesitan. El miedo al estigma puede hacer que oculten su problema, lo que empeora su situación y ralentiza su acceso a un tratamiento eficaz.
Acabar con los estigmas asociados a la adicción
Eliminar los estigmas asociados a la adicción es esencial para mejorar la vida de quienes la padecen y facilitar su recuperación. La persistencia de estos estigmas en nuestra sociedad genera una serie de problemas que no benefician a nadie.
-
Impiden la recuperación del adicto
El estigma puede disuadir a las personas de buscar ayuda y recibir el tratamiento adecuado, ya sea por miedo, vergüenza o culpa. Además, si los adictos son vistos como viciosos en lugar de enfermos, es probable que no sean tratados de manera neutra ni como precisan. Recibir apoyo especializado y comprensivo, que es lo que necesitan en esta situación, parece una imposibilidad. Combatir estos estigmas es crucial para que accedan a los tratamientos por parte de profesionales especializados y éstos puedan ser efectivos.
-
Sufrimientos de todos los afectados
El estigma no solo afecta al adicto, sino también a su familia y seres queridos. Ver a un ser querido sufrir y ser marginado por su adicción es doloroso y puede causar tensiones y sufrimiento en todo el entorno familiar. Reducir el estigma puede aliviar parte de este sufrimiento, permitiendo que las familias brinden un mejor apoyo a sus seres queridos.
Nosotros podemos ayudarte
En nuestro centro de tratamiento de adicciones, Amay, entendemos el impacto devastador que el estigma puede tener en el proceso de recuperación. Ofrecemos un entorno seguro, de apoyo y sin prejuicios para que nuestros pacientes puedan enfocarse plenamente en su recuperación. Nuestro equipo de profesionales está comprometido con proporcionar el apoyo emocional, psicológico y médico necesario para superar la adicción.
Si usted o un ser querido está luchando contra la adicción, es importante que sepa que estamos aquí. Contáctanos y descubre cómo podemos ayudarte a encontrar el camino hacia una vida libre de adicciones. Juntos podemos superar estos estigmas y construir un futuro más saludable y feliz.