Cuando una persona o uno de sus familiares sufre una adicción, lo más habitual es que ésta recurra a los recursos que se encuentran a su alrededor para intentar proporcionarle ayuda y tratar de que supere su trastorno. Sin embargo, las adicciones son un problema de salud muy grave y que no siempre se desarrollan de la misma forma en cada individuo. Para determinar su nivel de afectación habrá que estudiar los síntomas, el contexto, el consumo o repetición del comportamiento adictivo, el historial genético, la conducta natural de la persona en cuestión, entre otras variables. Si te preguntas cómo dejar el juego, hoy te damos una breve descripción sobre varios perfiles de jugadores patológicos y cómo hacer que afronten su problema.
Cómo dejar el juego: El análisis de la percepción social
La adicción al juego o, haciendo referencia al nombre de su enfermedad, la ludopatía, es un trastorno adictivo que puede llegar a aparecer de forma muy sutil en las personas que la padecen. Esto es debido a dos causas. Por un lado, porque la sociedad no cuenta con un nivel de sensibilidad suficiente para reconocer que se trata de un problema serio. Por otro lado, porque muy frecuentemente, la gente tiene una idea errónea de lo que supone padecer una enfermedad de este calibre. Por ello, es habitual que cuando un ludópata tiene problemas, las personas de su alrededor no lleguen a darse cuenta hasta tarde, o no le den la suficiente importancia.
A pesar de que popularmente se tiene una idea general de lo que es la ludopatía y de lo que hay que hacer para saber cómo dejar el juego, no es siempre tan sencillo. En función del individuo, su padecimiento puede incidir de una forma u otra. Y, hoy en este artículo te contamos los 7 perfiles de jugador compulsivo más comunes. No obstante, antes hay que determinar desde un punto de vista profesional qué se entiende por juego patológico.
Cómo dejar el juego: Identificar qué es la ludopatía exactamente
Desde la visión académica, el juego patológico es un trastorno psicológico que afecta al control de los impulsos. Esta alteración mental produce una falsa necesidad de querer jugar a juegos de azar y de apostar sin que el individuo pueda llegar a controlar su voluntad. En consecuencia, las personas que padecen esta enfermedad, muy frecuentemente acaban teniendo problemas económicos y financieros. Primero, perdiendo su dinero y sus ahorros, y luego pidiendo préstamos que no pueden devolver.
A medida que avanza la enfermedad del juego compulsivo, la adicción al juego se vuelve cada vez más intensa, creando una sensación parecida al consumo de drogas. Hecho que acaba por interferir en el estado psicológico y emocional de la persona y transformando su conducta. Momento en el cual, la gente de su alrededor y sus familiares se dan cuenta de ello e intentan proporcionar ayuda al adicto. No obstante, en este tipo de ocasiones es bastante común que el enfermo se excuse diciendo que no tiene un problema con el juego o que tan sólo se trata de una mala racha.
Perfiles del jugador compulsivo susceptibles de padecer adicción
Como con los demás trastornos psicológicos, a pesar de que existen tantas variantes de la ludopatía como personas, también es cierto que hay algunos perfiles de jugadores más susceptibles de padecer esta enfermedad frente a otros. Si te preguntas cómo dejar el juego, es una buena idea empezar identificando a qué perfil se adapta más tu personalidad o a la de la persona adicta en cuestión.
El jugador profesional
Se distingue por el hecho de que los juegos de azar y las apuestas forman parte de su vida, por lo cual, dedican a esta actividad una gran parte de su tiempo. Cuentan con un gran nivel de tolerancia frente a la frustración, tienen mucha paciencia, son muy inteligentes y un buen autocontrol sobre sus impulsos. Aunque juegan habitualmente, no acostumbran a tener síntomas de ludopatía. Sin embargo, una etapa de mala racha puede hacer que se vuelvan más propensos a ella.
El jugador social
Se trata del típico perfil de la persona que participa en juegos de azar de vez en cuando con sus amigos o individualmente. Debido a que lo hace por puro entretenimiento y de forma muy ocasional, no tiene una necesidad instantánea o un compromiso con el juego. Este tipo de individuos no ven mermada su autoestima cuando pierden, porque juegan para aliviar su estrés, para pasar el tiempo o para socializar con los demás.
El jugador convencido
Este tipo de persona es muy parecido al anterior. Sin embargo, dedica más horas a apostar con el fin de afrontar sus problemas cotidianos, así como el estrés que le generan. Cuando juega, dedica una cantidad de dinero bastante elevada y es frecuente que acabe con problemas económicos. Se trata de un perfil mucho más susceptible de padecer ludopatía.
El jugador escapista
Este tipo de personas utilizan los juegos de azar y las apuestas para huir de sus problemas emocionales y escapar de su realidad cotidiana. A menudo padecen de depresión, ansiedad y estrés y estas actividades son las únicas que conocen para poder aliviar su dolor. Actúan de forma impulsiva, de modo que cuando juegan nunca piensan racionalmente y siempre acaban perdiendo dinero. Es el segundo perfil de jugador con más probabilidades de sufrir adicción al juego.
El jugador experiencial
Este perfil de individuo se basa en que, aunque acaben perdiendo y teniendo problemas con el juego seguirán adelante. No lo hacen tanto por las ganancias económicas, sino por el placer que les aporta la experiencia de apostar. Acostumbran a sentir curiosidad y emoción al hacerlo. Sin embargo, es poco común que acaben desarrollando un trastorno adictivo.
El jugador antisocial
Este tipo de jugadores se caracteriza por acudir siempre al terreno ilegal de las apuestas. Buscando así, los juegos amañados, los dados trucados o cualquier otra actividad delictiva relacionada. Harán lo que sea para ganar sin importar el dinero que tengan que aportar, si perjudican a otras personas o sin inmutarse por mentir, engañar y robar habitualmente. Aunque se trata más de rasgos de la personalidad, también puede acabar desarrollando una adicción patológica al juego.
El jugador compulsivo
Es el perfil de adicción al juego por excelencia. Estas personas abandonan cualquier rastro de su vida para dedicarlo a las apuestas. En consecuencia, su ansia por intentar ganar dinero les conduce a perder el control sobre sí mismos. En una primera fase, no admiten que tienen un problema con los juegos de azar, y acaban pasando más tiempo y gastando más dinero en locales de apuestas del que desean realmente. A menudo se dejan llevar por sus emociones, y cuando tratan de dejarlo nunca lo consiguen.
A pesar de ser conscientes de que sufren problemas económicos, familiares y laborales, no consiguen y/o no quieren dejar de jugar a juegos de azar. Tienen la falsa creencia de que cuanto más partidas acaben perdiendo, más aumentarán sus probabilidades de ganar en la próxima.
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